En primer lugar, dedicar estas reflexiones al caballero
Sierra, estas palabras fueron escritas a bordo de un “Media distancia”.
Ah, los media distancia. Muy probablemente dominen el mundo,
siempre y cuando aquello a dominar no esté demasiado cerca ni demasiado lejos,
pues usaríamos Cercanías y AVE, respectivamente. O a menos que se acabe el carbón con el que
se mueven (un servidor se sorprende de la antigüedad de algunos de los modelos
que tiene Renfe en activo)
Curiosos los humanos, cosa insólita ellos. A un viaje de 115
kilómetros, cuatro veces lo que este humilde escritor recorrerá a pié durante
los próximos veinte años, lo llamamos “Media distancia”
Si tuviera que elegir una banda sonora para los humanos,
probablemente elegiría “The cat empire” que es lo que escucho ahora mismo.
Al mirar por la ventana de este media distancia me pregunto.
¿Joder, todo esto lo hicimos nosotros?
El primer sentimiento tras esta pregunta es de asombrosa
fascinación, el segundo es de hambre, son las tres en punto.
Me imagino cómo sería esto sin nosotros, algo primigenio,
salvaje. El primero de nosotros, ¿Y frente a él? Frente a él el último, sí, el
primero y el último. Uno del año 5.001, cuando el cáncer se canse de
soportarnos y nosotros no sepamos sobrevivir sin ADN.
Y el otro del “Uh uhm” Antes de Cristo. (No tengo formación
en latín ni griego, ergo no traduciré los sonidos cavernícolas)
Uno vestido únicamente con un palo del suelo, la cabeza
llena de mentiras, como los espíritus, los monstruos o el más allá.
El otro con un traje ceñido de tejido blanco, porque en el
futuro vestir sin hacer el ridículo es ilegal, a juzgar por las películas de
ciencia ficción. Sin embargo, éste
también tendría la cabeza llena de mentiras. La democracia, las bebidas de
soja, la especulación urbanística, el P.I.B.
El primer impulso de uno sería agredirle, porque golpear
algo con un palo hasta matarlo para no tener que esforzarse en entenderlo es
algo que como raza nos encanta.
El otro no haría eso, él es diferente y además, no tiene
licencia para usar palos o ramas, (Suspendió la parte teórica) lo que sí lleva es una enorme cantidad de
cachivaches, en las muñecas, en los bolsillos, en las orejas (Muy probablemente
“The Cat empire” ) Y todos ellos disponen de Wifi.
El “Hombre palo” tal vez sentiría un gran asombro, e
inmediatamente después, hambre (Ya tenemos algo en común)
El “Hombre cachivaches” sentiría algo de lástima por ver
aquel ser desvalido, probablemente se inclinaría sobre aquel homínido con
curiosidad.
¿Por qué lo hace? ¡Porque es un hombre estudioso, en efecto!
Nuestro hombre cachivaches tiene formación universitaria en “Ciencias del
altruismo”. Porque en el futuro, el altruismo ha sido también absorbido por la
ciencia y cuantificado.
De ese modo, el hombre sacaría de su cinturón algún alimento
del tipo “Barrita energética” y
empleando para ello 35 Kilo-Gandhi (recordemos que el altruismo está
cuantificado) le entregaría la comida a
su primitivo amigo.
El hombre del palo primero desconfiaría, pero más tarde,
cuando su sentimiento de asombro se atenuase, recordaría el sentimiento que
estaba inmediatamente por debajo. ¡Tenía hambre!
Tal vez consiguieran entenderse, en el fin del mundo seguro
que hay aplicaciones móvil para traducir cavernícolas en tiempo real.
El hombre palo le preguntaría “¿Cómo hicisteis para
solucionar el problema del hambre?” y el hombre del futuro le contaría de forma
amable cómo el gobierno mundial aprobó una nueva ley por la cual se declaraba
anticonstitucional pasar hambre.
Viéndose en esa tesitura, los hombres y mujeres de todos los
países dejaron de pasar hambre por temor a ir a la cárcel, de esa sencilla
forma se consiguió solucionar un problema global sin necesidad de una
distribución equitativa de alimentos.
Le contaría también cómo el partido de la oposición protestaría
ante la reforma con un argumento tal que “Está bien, habéis acabado con el hambre en el mundo, pero esa ley es un
atentado contra la libertad individual del pueblo, que tiene derecho a pasar
hambre cuando ellos consideren” Pero
como el hombre palo ignoraba el significado de “Oposición política” no alcanzó
a comprender nada.
El hombre palo y el hombre cachivaches podrían conversar
durante semanas, en un diálogo que estaría lleno de sentido pero totalmente
vacío de lógica. Pero para sorpresa de ambos, el hombre cachivaches aprendería
mucho más de lo que jamás hubiera imaginado, simplemente escuchándose a sí
mismo.
Porque siendo el último hombre y habiendo nacido con el don
de la visión retrospectiva más larga de la humanidad, tal vez sería capaz de
entender qué es lo que hicimos mal.
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