1 ago 2012

Un Aullido


Sueño con una España en la que no se mate a los lobos del Parque Nacional de los Picos de europa. Sueño con un mundo en el que un animal, no necesite de 30 animales para vestirse. Un mundo en el que los individuos sin corazón puedan ser atados por el cuello a un olivo en medio de la sierra, al final de la temporada de caza, y sus respectivos galgos puedan volver a casa sanos y salvos.
Sueño con unas familias responsables, que distingan la clara diferencia entre “Mascota” y “capricho”. Anhelo el día en el que el hombre, por evolución, o por normativa, venga de serie con una responsabilidad inherente para con lo que le rodea.  Tan estúpidos y tan ciegos…
Sueño con el día en el que los empresarios, cuyas factorías vierten los residuos al mar, no puedan dormir por las noches. Sueño con el día en el que al género humano se le conceda la gracia de la conciencia. Sueño con el día en el que aprendamos la valiosa lección de que, si algo es de dominio público, realmente es de todos. No de nadie.  Sueño con el día en el que, cuando mis nietos me digan “abuelo, vallamos a pasar la tarde en el bosque”  yo no tenga que tragar saliva y contestar “ese bosque que viste en tus libros ya no existe”. Ojalá pudiera contestarle algo como:  “no podemos ir ya que, si fuéramos, acabaríamos alterándolo, y algo que posee la huella del hombre, es en sí mismo imperfecto”.
Sueño con un día, en el que los jóvenes acaben llevándose a sus casas los carteles de “arranque esta alga si la ve, es una plaga medioambiental”  no por Vandalismo, sino por la innecesaridad de dicha advertencia.
Porque puedo entender que haya guerras, es lo propio del ser humano. Puedo entender que unos mueran de hambre mientras los camiones de trigo se pudren en los almacenes, para que su precio no varíe.  La avaricia y la codicia son inherentes al ser humano. Puedo comprender que los poderosos esclavicen a los débiles, y que cualquier férrea voluntad, se pueda torcer si se escriben los ceros suficientes en un cheque.  Lo que jamás comprenderé, por absurdo, contradictorio y paradójico. Es esa capacidad del ser humano para destruir todo lo que es bello y perfecto.
Realmente el hombre no es lobo para el hombre; Nos hacen falta siglos de civilización. Para poder llegarnos a acercar siquiera al nivel de un animal tan noble.
¿ Si se pudiera juzgar la maldad de una especie entera, quien sería merecedor de la extinción? ¿El lobo asturiano, del Parque Nacional de los Picos de Europa? No lo creo. 

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